Los ciberataques van en aumento. Cada año que pasa, el volumen y la sofisticación de los ataques siguen sorprendiendo incluso a los que no pertenecemos a la comunidad de la ciberseguridad. Por eso nos sorprendió que McKinsey, uno de los principales asesores empresariales y gubernamentales del mundo, destacara varias áreas clave de atención para los CEO en 2024, olvidando el impacto que la ciberseguridad, o la falta de ella, puede tener en los beneficios de una empresa. Pensemos por un momento en el impacto que tuvieron las filtraciones en SolarWinds, Colonial Pipeline y MGM, por nombrar algunas. Las implicaciones legales, el impacto en sus clientes, su reputación y sus ingresos.

Noah Barsky, colaborador de Forbes, está de acuerdo y va un paso más allá al declarar que "la insuficiente experiencia cibernética de los consejos de administración [...] sólo agrava la complejidad". También subraya que "los directores ejecutivos no pueden permitirse subestimar la ciberseguridad, relegarla a la categoría de 'proyecto informático' u omitirla por completo de las agendas de los directivos". Y que "los riesgos graves y comunes incluyen el descarrilamiento de la estrategia, la interrupción del negocio, el daño a la reputación, la deserción de clientes, los litigios, las pesadillas normativas y la fuga de dinero para remediarlo".

En su artículo, Noah aborda la necesidad de cuantificar el riesgo y la resistencia para que los altos cargos de las empresas no sólo comprendan el impacto potencial de un ataque, sino que puedan fundamentar mejor sus decisiones. El artículo procede a jactarse de que la National Association of Corporate Direcrtor's (NACD) decidió respaldar a X-Analytics como la solución preferida de informes de riesgos cibernéticos para sus más de 23.000 miembros.

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